Película muy poco conocida pero que todo el mundo debe verla. Guerín es convincente a la hora de hacernos pasar una "cinta doméstica" de los años 20 como si fuera real. El decorado y el vestuario es cuidado al máximo, al igual que la forma de comportarse los personajes y ls técnicas de "envejecimiento" de las cintas, con los quemados, parciales desapariciones de imagen, etc.: el trabajo es impecable.
Pero lo que más atrae del film es el voyeurismo con el que el director y el montaje desvelan los secretos familiares de esta familia francesa bien avenida, la forma en la que centran su obsesión por la hija mayor, captando su rostro una y otra vez: congelar la imagen, ralentizar la velocidad de la cinta, repetir sus gestos una y otra vez, acercarse a ella, a sus ojos... Es casi la obra de un acosador.´Lo que más me gustó fue la representación de cierta cinta, donde se pasó del modo observacional a la labor de reconstruir un hecho inocuo pero que encierra un secreto, quizá no revelado...
Con todo esto, seguro que todavía no tenéis ni idea de qué va la cosa. Pues va de un buen señor abogado cuya pasión es la fotografía y grabar a su familia. Un buen día decide hacer fotografiías al río, pero muere en extrañas circunstancias. Es entonces cunado, años después, Guerín "rescata" estas grabaciones.
El único fallo que le encuentro es la aburrida y no-narrativa forma que tiene de plasmar el pueblo y la casa oy en día, con planos estáticos de coches pasar durante bastantes minutos, que ralentizan el ritmo y llegan a aburrir.
Puntuación:
Pero lo que más atrae del film es el voyeurismo con el que el director y el montaje desvelan los secretos familiares de esta familia francesa bien avenida, la forma en la que centran su obsesión por la hija mayor, captando su rostro una y otra vez: congelar la imagen, ralentizar la velocidad de la cinta, repetir sus gestos una y otra vez, acercarse a ella, a sus ojos... Es casi la obra de un acosador.´Lo que más me gustó fue la representación de cierta cinta, donde se pasó del modo observacional a la labor de reconstruir un hecho inocuo pero que encierra un secreto, quizá no revelado...
Con todo esto, seguro que todavía no tenéis ni idea de qué va la cosa. Pues va de un buen señor abogado cuya pasión es la fotografía y grabar a su familia. Un buen día decide hacer fotografiías al río, pero muere en extrañas circunstancias. Es entonces cunado, años después, Guerín "rescata" estas grabaciones.
El único fallo que le encuentro es la aburrida y no-narrativa forma que tiene de plasmar el pueblo y la casa oy en día, con planos estáticos de coches pasar durante bastantes minutos, que ralentizan el ritmo y llegan a aburrir.
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