... No aprendieron de pequeños eso de dejar salir a la gente de los vagones del metro antes de meterte tú en ellos. Parece ser que confunden turnos, provocando choques, empujones y malas caras en los contrarios. Se hacen los locos, pero el objetivo está claro: los asientos libres. Y es que poder sentarse es una oportunidad tan única que lo de la educación puede esperar.
Es por ello que hago un llamamiento a todos lo que estén conmigo para que, cuando quieran salir del vagón y se sienta como un salmón remontando el río, no duden en clavar codos y hombros. Que la letra con sangre entra.
(SasuChan no se responsabiliza de las opiniones vertidas en este blog, debido a un día especialmente antisocial).
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