Hacía que no iba al teatro años, quizá cuatro. Lo sé, soy una chica analfabeta que prefiere entretenerse con el cine que con el arte en vivo. Y la razón es muy sencilla: me sale más barato. Es muy ruin, pero cuando andas escasa de parné (o sea, todos los meses), tienes que tener mucho cuidado en lo que te lo gastas.
Pero mira, ya soy otra. He redescubierto por qué de pequeña y parte de mi adolescencia quería ser actriz, por qué me ponía tan contenta cuando el colegio me llevaba al teatro. La culpa la tiene "La mujer de negro".
Es una obrita sencilla, que juega con el espectador, le hace echarse unas risas para después golpearle una y otra vez en la cabeza, para tirarle al vacío. Y todo con una típica historia de fantasmas. Para dar miedo no se necesitan grandes efectos especiales ni sangre: sólo buena iluminación, algún truco escénico e interpretaciones sobervias.
El gran Emilio Gutiérrez Caba cambia con facilidad de registro dependiendo del personaje que interprete, y Jorge de Juan, actor y pasado de Emilio, son las almas de la obra. Creíbles, terroríficos, entregados. Y si hablamos de la "sorpresa"...
En definitiva, que hay que ir al teatro Infanta Isabel de Madrid para verlo. La entrada es cara, pero para eso está Atrápalo para conseguir ofertas que no puedes rechazar.
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