Desde hace ya bastantes años mis padres y yo vamos a pasar agosto en un pueblo de Granada, llamado Castell de Ferro. Es pequeñito y está entre Adra y Motril. Se conoce que el alcalde tenía unos planes urbanísticos con la supuesta ambición de convertir al pueblo pesquero en ciudad turística. Los buenos precios atrajeron a mis padres, que compraron un piso allí.
No hace mucho nos enteramos por terceras personas que el alcalde estaba en medio de procesos judiciales por corrupción y prevalicación urbanística, y la última noticia es que ha sido condenado a un año de carcel y siete de inhabilitación. 400 viviendas en total han sido construidas ilegalmente, pero casi todos los edificios están construidos.
Los vecinos ya llevaban tiempo protestando, y mi vencindario se quedó anonadado cuando nos construyeron un bloque de viviendas a escasos 4 metros de nosotros, con una planta más y en territorio asignado a jardines.
El PSOE, partido al que estaba afiliado el alcalde, intenta cubrirle en un acto de desfachatez y deslealtad a los ciudadanos. Mientras tanto, deberemos esperar para saber en qué se queda la historia.
Noticia relacionada con una entrada de Voces del desierto.
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