Hoy ha muerto Ingman Bergman, cineasta sueco, a la edad de 89 años. Muy poca gente como él ha sabido desnudar a los personajes para crear explosiones de sentimientos. Muy poca gente como él ha sabido reflejar las batallas interiores. Muy poca gente como él ha retratado las relaciones personales con tanta crudeza.
Su infancia y su educación estricta marcó a fuego su postura ante la vida, y gracias a Henrik Hibsen y a August Strindberg, dramaturgos, supo canalizarlo hacia las artes escénicas. Con el drama Bergman consigue los mejores éxitos, y participa en activo en las corrientes vanguardistas de los 60 en Europa; en España, es uno de los autores clave del denominado "cine de arte y ensayo".
Hombre intelectual que hace trabajar al espectador y al crítico, afanoso por encontrar significados. Dueño y señor de los monólogos. Gracias a él podemos ver "El séptimo sello", "Fanny y Alexander", "Persona", "Secretos de un matrimonio", "El manantial de la doncella", entre otros muchos clásicos.
Gracias por existir, por hacer grande el cine.
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