
Su infancia y su educación estricta marcó a fuego su postura ante la vida, y gracias a Henrik Hibsen y a August Strindberg, dramaturgos, supo canalizarlo hacia las artes escénicas. Con el drama Bergman consigue los mejores éxitos, y participa en activo en las corrientes vanguardistas de los 60 en Europa; en España, es uno de los autores clave del denominado "cine de arte y ensayo".
Hombre intelectual que hace trabajar al espectador y al crítico, afanoso por encontrar significados. Dueño y señor de los monólogos. Gracias a él podemos ver "El séptimo sello", "Fanny y Alexander", "Persona", "Secretos de un matrimonio", "El manantial de la doncella", entre otros muchos clásicos.
Gracias por existir, por hacer grande el cine.
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