lunes, 7 de mayo de 2007

"El vídeo de Benny"

Segunda película de Michael Haneke, supone una ruptura con respeto a su estreno como director cinematográfico, "El séptimo continente", en lo que se refiere a la desfragmentación de la narración. "El vídeo de Benny" está narrada de un tirón y la división en capítulos mediante el montaje es inexistente. Creo que esta decisión es debida a que no interesa tanto la evolución de unos personajes para acabar en un hecho violento, opción que propicia un montaje muy segmentado y bechtiano por los posibles saltos de tiempo y espacio: Haneke empieza por el hecho violento en sí, omite esa transformación de Benny, y lo que importa es la vida de Benny después de lo violento como medio explicativo de lo que él y sus padres son ahora.
Quizá haya empezado demasiado deprisa. La película va de un adolescente llamado Benny que siente fascinación por lo audiovisual, desde el cine hasta la televisión basura; en su habitación tienen gran importancia la cantidad de VHS en las estanterías, una potente televisión y una cámara que ora hace las veces de ventana (graba lo que se ve por la calle poruqe siempre tiene las persianas echadas), ora graba su vida diaria desde su estático trípode. Cada vez que va al videoclub ve a una chica mirando embelesada el escaparate, hasta que un día habla con ella y se la lleva a casa. Al cabo del tiempo, acaba asesinándola.
La escena inicial de la película es esencial para, no sólo entender a Benny, sino para entender a la sociedad actual: alienados por la televisión, somos capaces de horrorizarnos ante algo violento, como es el caso de la matanza del cerdo, pero ese sentimiento en seguida se sustituye por una morbosidad que nos hace recrearnos en esa violencia, rebobinando y volviéndolo a reproducir a cámara lenta.
Porque la película no es otra cosa que una atroz crítica a la sociedad del bienestar, a la clase media que conlleva irremediablemente una hipocresía y una vida desprovista de sentimientos amables. Los padres, consintiendo demasiado a sus hijos, permitiendo que ellos alcancen un nivel superior de deshumanización que hace que irremediablemente acaben como Benny, haciendo cosas "porque sí" y negando todo agradecimiento o capacidad para expresar su sentir. La televisión, ayudando a la morbosidad, violencia gratuita. Los jóvenes, demasiado alienados en su comodidad como para revelarse de forma seria, sólo con un corte de pelo, condenado en convertirse en máscaras como sus padres o en recipientes vacíos como Benny.
Puntuación:


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