Estoy en un ciber cerca de mi casa. Como habéis adivinado, sigo sin Internet. No sé lo que pasa, pero me estoy empezando a enfadar bastante.
En este año me he quedado ya varias semanas sin servicio: las Navidades enteras, La Semana Santa y la que le siguió y ahora. Y siempre da la casualidad que pasa algo cuando más lo necesito, para mis tropecientos (o chococientos, como diría Regina) trabajos.
El caso que este fin de semana llamé al servicio de atención de Orange y se negaro a pasarme con un técnico. Estoy harta que de cada vez que me pasa algo me tengo que pasar dos semanas esperando, por mucho que me digan que la culpa es de Telefónica y que mi cuenta está congelada.
El caso que, alentada por mi madre, a su vez alentada por mi primo Tití, a su vez alentado por un amigo, llamé al odioso teléfono 902 para darme de baja, amenazarles y solucionar lo mío. Como el titular es mi padre, tuvo que ponerse él, y puso un ultimatum de 24 horas.
No creo que haga mucho efecto. En el caso de que nos tengamos que ir de compañía no sé dónde caeré porque todos son iguales. En España el tema de las conexiones es un cachondeo, donde Telefónica tiene un gran monopolio y donde el resto de empresas son informales. Cómo quieren que evolucionemos tecnológicamente cuando son tan fuertes que llegan a ser intocables? Y no hablemos del precio por una velocidad que no te dan.
Estoy harta. HARTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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